Meditación del Renacimiento de la Conciencia Colectiva

Técnica facilitada por:

INANNA ESCUELA COSMOSÓPHICA

La Madre Divina – El Amor-Sabiduría del Universo

La presente técnica de meditación tiene la finalidad de hacernos conscientes del Gran proceso iniciador, en el que nuestro Universo está plenamente imbuido. Tras todo final evolutivo, sobreviene como sabemos, la profunda transformación. Esa muerte que nos conduce a una novedosa forma de expresión, siempre más intensa, rica y llena de amor que la anterior. Es inminente que se produzca el renacimiento de la Conciencia Colectiva y por supuesto, que para que la Madre Divina pueda hacer acto de presencia con más rigurosidad que nunca antes, todo aquello que impide esta resurrección, tenga que morir sin remedio. Sólo la muerte nos conduce a la vida y sólo aprendiendo a morir, lograremos ser seres que sostienen y son sostenidos por la fuerza de la vida, y esa fuerza no es más que la más pura y sabia forma de amar de forma incondicional. Esa perfecta cualidad que sólo la Madre, es capaz de expresar en sí misma. Pues es ella quien tiene la capacidad de acoger en su cálido útero, a toda forma y expresión de vida de la Creación. ¿Qué mayor muestra de Amor puede existir tras esta cualidad…?
Es imprescindible que para que esto suceda, Él, ese impresionante y maravilloso Ser, cuya cualidad es la propia cualidad de Crear, entregue su Corazón a Ella, y no sólo eso, la admire, la ame y su vida se vuelque en conseguir que la Madre, es decir, su consorte, sea reconocida y respetada por todos. Las pruebas de Entrega y Amor entre Él y Ella, se convierten entonces en la Gracia y Dicha de Dios Padre-Madre y por ende en la de Todos Nosotros. La muerte de lo anterior, se ha producido y ahora, renacidos, comenzamos de nuevo, y como si fuéramos pequeños sabios, descubrimos a cada paso esas inmensas y bellas realidades, y formas de vida, que nos esperan en la Nueva Tierra.

(pausa)

Comenzamos…
Tras colocarnos en nuestro espacio sagrado, cerramos los ojos. Relajamos el cuerpo, como siempre, comenzando por las extremidades, tronco y cabeza.
Nos conectamos con nuestro ritmo de respiración y con nuestro Corazón Sagrado. Sentimos nuestro Cuerpo de Luz y todo nuestro Ser anclado en la nueva tierra. Tal y como alcanzamos Hetram, comenzamos a vibrar con su frecuencia. Es entonces cuando percibimos, infinitas oleadas de Amor y serenidad. Nuestros guían nos acompañan en este magnífico y precioso viaje…
Un increíble y poderoso haz de luz aparece proyectado desde lo más elevado de nuestro Ser y se instala asimismo en nuestro corazón. Es la voluntad de nuestro Ser Superior. Tras brindarle un amoroso abrazo, nos sentimos dispuestos a vivir este renacimiento colectivo y a ser testigos del verdadero amor que se tienen los padres divinos.
Continuamos conectados al ritmo de nuestra respiración, concentrados y en silencio, para alcanzar un estado de meditación profunda…. Sentimos como todo nuestro Ser se siente orgulloso de nuestros logros. Cada día que pasa, somos capaces de sentir con más intensidad, cada día estamos más integrados en el Amor y en la Vida. En este estado superlativo, ya no hay ningún tipo de lucha, sólo fluimos y permitimos que nuestro sentir se convierta en lo más sagrado.
Permanecemos sintiéndonos inundados por intensas oleadas de Amor que recorren todo nuestro Ser, es el abrazo de Dios Padre/Madre…

(pausa)

En este instante vemos aparecer un soldado de increíble envergadura, parece que sostiene algo en sus manos. Nuestro Ser Superior nos indica que se trata de Kenra, el Padre de la humanidad. La fuerza de la Entidad que como padre encarnó miles de millones de veces en el planeta tierra, allí donde evolucionó. Se trata del mayor soldado que jamás nunca podamos conocer, Él es el exponente de la valentía ante la vida, del fuego iniciador de toda creación, es cómo podemos ver, un ser digno de total admiración.
Había caído la noche y con ella la bruma. Como casi todos los días se acompañaban, parecían inseparables. Esa oscuridad involuntaria, predecía que algo poco usual estaba a punto de suceder. Casi no se lo podía creer.
Somos testigos de cómo Kenra, dilucida entre la espesa bruma, lo que considera un espectro, pues jamás antes su Ser había sido testigo de aquello que se prendía ante sus ojos. Era una esbelta silueta que se mantenía retenida en lo profundo de su Corazón. Era la silueta de Ella, de la mujer con la que había vivido lo más extraordinario que jamás hubiera imaginado.
De repente, reacciona a ese sentimiento que acaba de aparecer a través de sus deseos. Se pregunta de dónde sale esa aseveración, esa afirmación que le lleva a creer que la conoce y que alguna vez habían compartido una gran aventura.
Sacude sus pensamientos.
Debió ser en sueños – piensa. Quizás en otras vidas, pues Él jamás vivió nada con esa mujer, siquiera la conocía. No sabía quién era, ni su nombre ni de donde procedía. Qué estupidez!!! – exclamó para sus adentros.
Sentimos la contrariedad de Kenra al descubrirla a Ella y todo lo que se remueve en su Ser.
Sin lugar a dudas, aquel era el primer día que supo de Ella. Era el día en el que se produjo el descubrimiento.
Se dispuso a observarla con más detenimiento. Estaba acotada por un friso de roca. Arbustos, robles, pinos, acacias, sicomoros, encinas, rododemdrums, e infinidad de otras tantas plantas y flores, eran su paraíso.
No se lo podía creer. Mientras en su mundo era negra noche opaca por la niebla, en el mundo de Ella, la luz del sol, de la luna y de las estrellas, definían el cielo y la vida que se fraguaba colmando así su vereda. La contempló extasiado. Sintió que se había enamorado. En ese precioso cielo, había de todo, todo lo imaginable y lo que no lo es tanto. Era increíble advertir como Ella parecía sentir que lo amaba todo. Eso a Kenra lo cautivó.
Hasta ese mismo día, no supo que podía existir otro cielo tan diferente al suyo. No cejó en acudir cada día a observarla. Aquel día Kenra cumplía años, le pareció el mejor regalo que pudieran nadie ofrecerle la oportunidad de contemplar a su Bella Dama. Postrado en su escondrijo, por temor a que Ella lo descubriera usurpando sus momentos, presenció algo incomprensible.
Un espectacular haz de luz, traído de otros tiempos, se posó ante el Corazón de la chica. Tras ello, la joven no dudó un ápice y con total naturalidad, se dirigió al mismo centro de esa Luz, expresando algo tan profundo e intenso que Él no fue capaz de escuchar.
Kenra, por un instante, se tambaleó sobre el mismo suelo que lo sostenía.
-          Habla con una Luz!!! – exclamó, transmitiendo la incoherencia de aquello que acababa de testimoniar.
Fue entonces, cuando la extraña Luz reconocida por la joven, se esfumó del mismo modo como llegó, dejando tras de sí una bellísima estela de dorado polvo.
Un gran impacto sacudió su Corazón, sin casi poder advertirlo, la esfera de Luz que hacía tan sólo unos segundos flotaba ante el Corazón de Ella, se coló a todo velocidad en las profundidades de su Ser. Una intensa oleada de pasión, corroyó todas y cada una de sus células. La joven lo había descubierto. Si pudo enviarle la esfera, era porque sabía de Él. Sintió algo de turbación, algo de preocupación… ¿y si su actitud había desagradado a la chica…?
Alcanzó el sueño tras luchas con esa duda, pero sin siquiera imaginarlo, Ella se personó en su cielo para tranquilizarlo y hacerle el mayor de los regalos. Aquella noche pudo escuchar lo que Ella dejó grabado en esa esfera que le regaló.

-          Mi Amor por ti no tiene más finitud que la infinidad de tu Creación. Siempre supe de ti y siempre te he esperado. Sé quién eres. Y sé que juntos algún día presenciaremos la gran dicha de todo lo que hemos sacrificado. Quiero que sepas que mi Corazón y todo lo que en él llevo, es ahora tuyo. Tómalo.

Kenra, se abatió en sueños. La intensidad del Amor de la Bellísma Dama, le había alcanzado. Jamás podría olvidarla. Fue, a partir de ese instante, cuando decidió descubrir por sí mismo y sin ayuda de nadie, quien era Ella.
Cada instante del resto de su existencia, acudía Ella ante su Corazón errante. No fue sólo su belleza, ni su silueta, ni su delicadeza, sutilidad y sensibilidad, no fue únicamente nada de eso, fue mucho, mucho más lo que le enamoró de Ella. Fue su gran alegría, su fuerza y su paz, su magia, su forma de expresar lo que sentía, su nobleza y su bondad. En definitiva fue su Corazón, lo que le enamoró perdidamente. Quizás un día acudiera a su cielo para expresarle cuanto la admiraba. Quizás algún día, pues cuando lo imaginaba, le sobrecogía un miedo aterrador.
-          ¿Y si Él no era suficiente para tanta belleza…? – se preguntó.
Día tras día, siguió observando cómo Ella se divertía con todo lo que la vida le entregaba, como se maravillaba y se sorprendía por cada instante, sin ponerle dudas a nada. Como amaba sin más, sin siquiera una sola expectativa, sin derramar una lágrima, sin sentirse una víctima, sin ningún vacío que llenar.
Ella siempre tenía ganas de bailar, de dejarse mecer por el momento, de humedecer sus labios con el agua del riachuelo que la conducía a un nuevo amanecer, de sentarse sobre un lecho de hierba, para saciarse del aroma que emergía de las profundidades mismas de la tierra.
-          La amo tanto!!! – exclamó, mirando a su gris cielo y ruborizándose por vez primera, por haber exclamado aquel triste lamento, sin haberlo podido controlar.
Se acababa de delatar la Verdad. No estaba acostumbrado a ello, eso le produjo una tremenda inquietud, las emociones eran algo ajeno para Él, aún así, se permitió sentir.
Se quedó aguerrido a las brumas que el viento agitaba, cubriendo la noche de su cielo. Embelesado como jamás antes, en novedosos y cálidos pensamientos. Las espesas nubes de su cielo, comenzaron disiparse. La bruma abandonó a la noche y lentamente, múltiples flashes emitidos por millares de estrellas, ocuparon por vez primera el cielo de sus noches.
El silencio, es ahora el mayor sonido que puede escucharse…

(pausa)

De repente, observamos como Kenra, se siente inquieto, no sabe muy bien que está ocurriendo, pero una profunda inquietud le carcome sus adentros.
La Bella Dama parece que está llorando. Corre a ver que le pasa. La encuentra mutilada por dentro, triste y amedrentada, el dolor por todos sus hijos e hijas hace que se muera poco a poco. La humanidad ha creado un sistema de vida en el planeta tierra que los está destruyendo. Ella se siente incapaz de que el Amor sea un reflejo en la forma de vida que han creado sus hijos e hijas. Cada día que pasa, se siente más fuertemente rechazada, olvidada y en ocasiones vilipendiada. Tras grades esfuerzos por mostrar cada día su Corazón, está extenuada, terriblemente agotada.
La joven madre de todos nosotros, acude constantemente a refugiarse bajo el sicomoro, allí es capaz de regenerarse para poder continuar. Allí se encuentra con su incondicional apoyo, el que le brinda en todo instante el joven llamado Shutram, quien sostiene la conciencia planetaria y por tanto también de la humanidad. Shutram se encarga de contribuir todos y cada uno de sus días a que Handirae consiga su finalidad. Para ello no sólo la arropa, la apoya y guarece, sino que también se encarga de instruir a todos aquellos que por fin, han alcanzado a expresar el Amor de la Madre, para que de ese modo, Ella se pueda henchir de felicidad, pues ese es el propósito.
Kenra acaba de ser testigo del dolor de la Bella Dama, sin pensárselo acude a su llamada. Ha llegado el momento de hacer algo por Ella. Si su Corazón llora, llora el Corazón de todos nosotros.

El plan está claro, el sistema y todo lo que con él conlleva, tiene que morir. Kenra llama a sus ejércitos. La Orden de los Emisarios acude. Un incontable despliegue de soldados destructores de todo aquello que ya no vale, se repliega alrededor de todo el planeta tierra. A partir de ese instante se declara, que ningún ejército de la tierra, tendrá poder sobre nadie, jamás podrá volver a declarar la guerra, pues si lo hace, el objetivo no será el enemigo, sino quien haya ejercido la voluntad de imponer sin conciencia cualquier forma de poder. Los soldados de Kenra están dispuestos a intervenir en cualquier momento, sin duda y sin temor a nada. Saben que Ella tiene que ser liberada, antes de que todo quede destruido por aquel que no acepta que el Amor es la Verdad de Todo.
Tras el mandato de Kenra, se produce una nueva llamada, es entonces cuando el Ángel más perfecto y entrañable, aparece con toda su Orden Angélica. Ella es la bella Herim, la expresión máxima de la humildad de la conciencia planetaria. Con ella llegan y se instalan en el planeta, miles de millones de angélicas expresiones, cuyo mayor exponente es todo lo contrario a cualquier fuerza de poder. La humildad es ahora la fuerza que envuelve a toda la conciencia de la humanidad.
La muerte de todo el sistema es inminente. Es ahora cuando Handirae, con todo su Amor y la más sabia intención, ejecuta el gran mandato, apoyada por la Gran Madre Divina y las Órdenes Solares, quienes imprimen los códigos que van a ser vertidos en la colectividad, para que cualquier oprobio sea destruido y la liberación sea una realidad.
La Cruz de Creación se ha transformado, preciosas ondas vibracionales, formando preciosos mandales de múltiples colores, nos garantizan que los códigos han alcanzado el mismo núcleo y que las profundidades de los mandatos, están siendo expresados en todos los reinos y dimensiones para el gran regocijo y descanso de todos nuestros corazones. La Madre respira. El ahogo ha cesado.
Somos testigos presenciales de cómo se produce este gran evento para toda la humanidad…

(pausa)

El cielo de Kenra, por vez primera es idéntico al de su Bella Dama, por vez primera Él y Ella vibran al unísono y pueden expresarse en un único hogar. Kenra sin pensárselo quiera hacerle un regalo. Handirae se lo ha ganado. Aprovechando que Ella no está en casa, le brinda a su manera lo que siente por Ella.
Handirae, está muy contenta. Ahora sabe que sus hijos e hijas están a salvo. Que por fin, el dolor ha terminado y que la Paz más sagrada será el logro de la nueva conciencia. Cuando regresa a casa, no se lo puede creer. Alguien ha estado allí. Alguien ha encontrado su hogar. Y eso sabe que sólo lo puede conseguir Él. Su Corazón se acelera. Se acerca a la mesa de cristal. Hay una preciosa rosa roja, al lado una nota que dice: CON TODO MI AMOR. Tímida, se sonroja.
Al lado hay una cajita de cristal de un rosa tenue. Cuando abre la caja, se encuentra una gran sorpresa. Se trata de un increíble anillo que lanza luces de colores. Cuando coge el anillo y lo introduce en su dedo corazón, se produce la magia. Kenra, aparece tras Ella, la rodea con sus brazos y con una gran ternura y amor, le explica al oído que él ha creado ese anillo para Ella. Lo ha confeccionado, con su fuego de creación. Es un anillo mágico. Sólo puede llevarlo Ella, nadie puede jamás arrebatárselo. El anillo es un reflejo de la misma creación. En él puede sentirse todos sus días y todas sus noches. Va cambiando conforme sucede todo. Nunca expresa nada igual, se adapta a cada instante y se transforma a cada momento. Handirae, se emociona cuando se cerciora de que en un lugar muy especial del anillo está la dulce Gaia. Está hecha de átomos cristalinos de múltiples colores y es la que más destaca. Las lágrimas de alegría brotan por el rostro de la chica. Ahora es ella la mujer más hermosa y la más querida. Por este motivo, siente que quiere agradecerle todo lo que han vivido, es entonces cuando por vez primera Ella se gira, se encuentran frente a frente y profundamente se besan.
La esencia del Poder Inmanente, aparece y tras esta consecución, la Divina Dicha de la Morada, es ahora el Sagrado Hogar de Dios Padre/Madre.
Disfrutamos en silencio de este espectacular momento…

(pausa)

Sentimos profundamente el propósito… la plenitud se acaba de instalar en nuestros corazones. Es ahora la Madre quien representa el mayor exponente de nuestra nueva vida. Se ha producido el renacimiento de la conciencia colectiva. El Amor entre ellos, se ha materializado. Los hijos e hijas se han liberado. Hanut, brilla más que nunca. Su semilla ha germinado en nuestro corazón, podemos incluso verla.
Nuestros guías nos advierten que es el momento de regresar…
Desde el bello paraje en el que nos encontramos, un conocido vórtice energético aparece ante nosotros…
Lentamente penetramos en él. Sentimos como nos absorbe con la intención de devolvernos a nuestro cuerpo físico…
Nos hacemos conscientes de cómo la esfera de Luz, en la que hemos viajado, aparece de nuevo en el Cosmos, esta vez en dirección al Planeta Tierra…
No podemos perdernos…
Hemos descendido en innumerables ocasiones…
Sentimos como ingresamos en la atmósfera…
Y somos atrapados por la fuerza de la gravedad…
Poco a poco, damos con nuestro cuerpo denso… Y nos conectamos a él… Movemos los dedos de los pies… Los dedos de las manos… Y lentamente… Abrimos los ojos…


TEMPLE INANNA
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